La cocina de Meg

Se dice que este cóctel, que toma el nombre del famoso grito de lucha Cuba libre, fue inventado en el bar de Barrio Viejo de la Habana durante la segunda guerra de independencia que enfrentó España y Estados Unidos  1895 hasta 1898. Parece ser que un capitán americano lo habia ordenado, atrayendo la curiosidad de todo un grupo de soldados que lo habrían imitado para festejar con un brindis la liberación de la isla: «¡ Por Cuba libre !» El ron cubano y la Coca-cola  americana celebraban de este modo un compañerismo que se ha acabado siendo menos duradero que la receta: es uno de los cósteles más famosos, cuya popularidad fue apoyada, entre otros, por los líderes cubanos. En lo relacionado con las virtudes liberadoras de la bebida, éstas derivaban más de su historia que los ingredientes:

En el año 1615. Ana de Austria a la pronta edad de catorce años, se casa con Luis trece, sucesor de Enrique cuarto al trono de Francia. Sin embargo, desde el primer momento el matrimonio no funciona. Luis olvida a su mujer quien pasa las noches sola en el Louvre. Si embargo, una noche un violento temporal obliga al rey a mudarse en el palacio. Un cortesano de buenas intenciones le hace beber una tisana y le convence de que vaya a visitar a la reina. Nueve meses más tarde, tras veinteidós años de unión estéril, nace el infante que se convertirá en el  Rey Sol. La anécdota se merecía que se reinventara la receta. Verter los ingredientes en un litro de agua hirviendo. Dejar en infusión. Azucarar con miel y beber entre dos, en la cama. 5 gr, de nuez moscada rallada, 10 gr, de menta, 5 gr de romero 10 gr, de manzanilla 5 gr de orégano 5 gr, de bayas de enebro, 3 clavos y miel.