PAUL BIEGEL.
¡JA, ja, ja! _ volvieron a reir todos-. ¿No la ves? ¡Aquí está!- Y señalaban el mostrador del bar con el tabernero detrás de la barra. Hupsika no veía la carroza. Cuando cesaron de dar vueltas delante de él, se fijó en una mesa redonda y grande, que estaba en medio de la taberna. Una mesa de ruleta….
Deja un comentario