INGREDIENTES: 500 mililitros de leche, 250 mililitros de nata para montar, 6 yemas de huevo, 60 gramos de azúcar, 1 vaina de vainilla.
PREPARACIÓN: se hace un corte a lo largo a la vaina de vainilla y raspar el interior para desprender las semillas. Se pone al fuego un caldero con la leche, la nata y las semillas de la vainilla. Cuando hierva, se baja el fuego y continua la cocción 4 minutos más. Se cuela la leche y se pone de nuevo a fuego bajo. Se baten las yemas con el azúcar, se añaden y se guisan sin dejar de remover (para que no se corte) hasta que espese un poquito. Ya está preparado el helado.
Ahora para ponerlo a enfriar, se usa un cuenco con agua muy fría (se le puede poner hielo) y se sumerge el caldero hasta que se enfríe. Se pasa el contenido a un cuenco (preferiblemente metálico) y se pone en el congelador. Cada 30 minutos se remueve con un tenedor para romper los cristales del hielo que se van formando hasta que pase en el congelador tres horas y media o cuatro.
SUGERENCIA: se puede servir con sésamo tostado y miel de palma.
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